jueves, 30 de junio de 2011

24 horas después....

...Tras consultar con la almohada, he decidido que no sirve para nada estar instalada en el odio, la frustración y la mala leche. Por lo tanto, hoy es un nuevo día, me he permitido un sentimiento que no me gusta pero he aprendido, una vez más, que todos nos equivocamos, que los malentendidos existen y son propios de la comunicación humana y que no puedo controlarlo todo. El próximo día mi forma de afrontarlo será diferente.
Me voy a clase de coaching.
http://www.carmebrit.com/

Pura emoción!!

Cada día tenemos oportunidades para darnos cuenta de cuales son nuestros límites y en mi caso me doy cuenta que a veces mi límite está mucho más lejos de lo que yo creo.

En estos momentos me siento frustrada, cabreada, engañada, y manipulada y creo que podría añadir todos los adjetivos emocionales terminados en –ada y en –ida.

La cuestión tiene que ver con lo que seguramente se aclarará como un malentendido de comunicación, pero como tiene que ver con mi hijo, me sale toda la furia que puede tener una madre cuando espera que las cosas sean de una manera y cuando llega el momento, resulta que hay algo fuera de sitio, que hace cambiar totalmente el estado de ánimo.

Para terminar de subir el termómetro emocional, me encuentro con una amiga que al contarle lo que me ha pasado me dice, con todo su cariño: “uff, si a mí me hacen eso..lo que yo haría es…!!!”.

Me tomo unos minutos para pensar. No me gusta esa sensación de cabreo, no quiero que ciertas personas o situaciones tengan esa capacidad de cambiar mi estado de ánimo, no quiero ser prisionera de ese sentimiento, de esa emoción, durante el resto de la tarde. Además lo que me apetece hacer es lo que mi amiga me ha dicho. Eso me haría sentir que soy yo la que decido, la que tiene el control...:-(

Muy bien, intento cambiar mi forma de enfocarlo: ¿Qué es lo que realmente me ha molestado de esa situación? ¿Qué podría haber hecho yo para evitarlo? ¿Cómo puedo actuar la próxima vez para que no se repita la misma situación? ¿Realmente es tan grave lo que ha sucedido? Respiro profundamente…

Seguramente la respuesta a estas preguntas me lleven a un  cambio de visión de la situación y a un cambio de emoción, sin embargo, quiero darle unas cuantas vueltas más, quiero odiar un ratito más a la persona que creo que es la causante de mi disgusto. En realidad eso es lo que elijo…Por suerte, puedo elegir cambiarlo.

martes, 28 de junio de 2011

Hábitos saludables: cambio de actitud

Cuando estudias sobre Comunicación, lo primero que te enseñan, a parte de quien es el receptor, el emisor, el canal, el mensaje, etc, es que la responsabilidad de que el mensaje llegue correctamente al receptor, es del emisor. Este debe escoger el canal adecuado para el mensaje, y sobre todo debe adecuarse al nivel del receptor.

Esta adecuación al nivel del receptor, no es más que lo que mucha gente hace de forma natural y espontánea cuando habla con sus amigos: utilizan un lenguaje parecido, gestos similares, intercambian miradas, se tocan, sonríen si el otro sonríe, etc. 

A ningún chico adolescente se le ocurriría hablar con sus amigos como habla con su novia, ni hablarle a su novia como habla con sus padres. Por lo tanto, somos capaces de cambiar de registro, de lenguaje, de gestos, incluso de contenido y adecuarlo a cada interlocutor, en función del tipo de relación.
Con todo esto me gustaría ilustrar el hecho que supone este cambio de registro, ya que también supone un cambio de mirada, de actitud, y que lo hacemos todos los días sin mayor dificultad.  Lo que me hace suponer que todos tenemos esta “habilidad”.

Sin embargo, cuando nos sucede algo que nos provoca un estado de ánimo negativo, cuando algo no sale como esperábamos, cuando no conseguimos lo que queremos, podemos instalarnos en un estado de malestar, ansiedad, culpa, remordimientos, sin darnos cuenta que con un cambio de mirada, un cambio de actitud, ese malestar tiene muchas probabilidades de desaparecer.
¿Cómo hacemos lo del cambio de actitud, de mirada o cambio de “chip”? Hay muchas formas pero se me ocurren algunas concretas:

-          Cuando intervienen varias personas, ponernos en la piel del otro, para averiguar qué puede sentir. De esta forma entenderemos porqué los demás actúan como lo hacen y nos sea más sencillo cambiar la mirada hacia el otro.

-          Hacer la reflexión sobre “para qué” nos sirve la emoción o el estado de ánimo de malestar. De esta forma nos podremos dar cuenta que la respuesta suele ser “para nada” y nos facilite  el cambio de chip a otro más constructivo.

-         Cuando se trata de conseguir algo material y no lo conseguimos, podemos preguntarnos, sinceramente, si hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos para conseguirlo. Si la respuesta es que sí, el ser consciente de que no podemos controlar todo lo que nos rodea y aceptar que quizá no todo depende de nosotros, nos pueda ayudar a cambiar de actitud ante la frustración. Si la respuesta es que no, deberíamos considerar que el fracaso es una gran oportunidad para aprender y trazar un nuevo plan para insistir en la consecución de nuestro objetivo, será una buena forma de cambiar de mirada y por tanto de emoción.

      ¿Alguién recuerda cómo cambio de actitud la última vez que tuvo un conflicto?


martes, 21 de junio de 2011

El poder de la actitud


Ayer, en clase de Coaching, nos avisaron que vendría a inaugurar el centro Artur Mas (perdón por no utilizar el tratamiento que corresponda según el protocolo, pero ciertamente parecía el acto de una estrella de cine) y que entraría en nuestra clase a saludarnos. Nos cambiaron de clase, algunos alumnos vinieron más elegantes que de costumbre, pero por lo demás hicimos nuestra clase como cualquier otro día. Cuando llegó la hora prevista, el Sr. Mas hizo acto de presencia, rodeado de una nube de cámaras, flashes, personajes que no conocíamos y otras personalidades del centro, saludó a la profesora, hizo un par de comentarios y salió del aula seguido por la nube que había entrado, todo en un par de minutos.

La sensación generalizada fue rara. Nos habían interrumpido nuestra sesión de Coaching, en la que estábamos hablando de las emociones, y prácticamente ni nos saludaron. Los comentarios fueron diversos: ha sido como una violación, parecemos ratas de laboratorio, han venido a hacer la foto, etc.

Si la profesora nos hubiera dejado seguir, probablemente habríamos salido de la clase con esa sensación rara, algunos de mal humor, otros cabreados, etc. Sin embargo, nos propuso redirigir nuestras emociones y nuestra actitud hacia el sendero de la empatía e hicimos el ejercicio de ponernos en la piel de todas esas personas que hacían su trabajo. Entonces nos dimos cuenta que los fotógrafos tienen una misión, que el personaje central tiene un objetivo, el personal de seguridad tiene que hacer su trabajo, protocolos, directivos del centro, etc. La idea es colaborar en lo que podamos ya que cada uno está haciendo su trabajo y no es una tarea fácil organizar un acto de estas características.

Personalmente, mi actitud cambió y me dio por pensar en las necesidades de aquellas personas. A las 13h, en un día tan caluroso de Junio, quizá les hubiera encantado encontrar alguna bebida refrescante y algo de picar. 

Evidentemente, mis emociones y mi estado de ánimo ya era otro, ya no lo sentía como como una intromisión, una interrupción de una clase sino como una oportunidad más para cambiar, para empatizar, para entrenar mi resistencia a la frustración, para sondear mis emociones, cambiar mis pensamientos. O sea, que fue perfecto para el cierre de una clase de Coaching. Gràcies Sr. Mas!! Gràcies Carme!!

sábado, 11 de junio de 2011

Preparar oposiciones

A todos los que se preparan oposiciones en los que se incluyen tests de personalidad y entrevistas personales, os puedo dar un consejo: Entrenamiento y ser uno mismo.
Si crees que si eres tu mismo no aprobarás, efectivamente, ¡¡no  aprobarás!!

Los tests de personalidad no tienen respuestas buenas o malas, correctas o incorrectas, todo dependerá del perfil que se esté buscando y de los resultados del resto de candidatos. Por lo tanto, ¿qué se puede hacer?:
Hacer muchos test de personalidad diferentes para:
-         Familiarizarse con los ítems
-         Entender bien las preguntas o enunciados
-         Conocer las  diferentes escalas de respuesta
-         Ser sincero
-         Entrenarse en hacer test de personalidad muy largos, para no cansarnos mentalmente
-         Entrenarnos para no ponernos nerviosos el día de la oposición

Para los que tienen que realizar una entrevista personalizada:
-         Buscar preguntas que os puedan hacer en Internet, de compañeros que ya han aprobado o de escuelas que preparan opositores, de psicólogos que preparan opositores.
-         Poner por escrito las ideas que tenéis en la cabeza para decir el día de la entrevista. Os servirá para organizarlas, ver incongruencias y completar los argumentos.
-         Ensayar vuestra puesta en escena con un amigo/a con los argumentos claros.
-         Si podéis gravaros será mucho mejor. Os daréis cuenta de detalles que os habían pasado desapercibidos y los podréis cambiar antes de la entrevista.
-         La sinceridad es lo primero que detecta la persona que realizará la entrevista

Cuerpos de seguridad: mossos d’esquadra, policía local, bomberos, guardia forestal

miércoles, 8 de junio de 2011

El poder de la manada

Me encanta el programa de César Millán, no sólo por como entrena a los perros y educa a las personas, sino por un concepto que me parece interesante para el ser humano: el concepto de manada.
Hoy en día estamos acostumbrados a vivir solos en grandes ciudades, tener un trabajo alienante y una vida demasiado rápida para saborear los pequeños placeres, por lo que hemos perdido ese concepto de manada familiar. Un claro ejemplo lo encontramos en las mamás y papás primerizos, que se encuentran en una situación totalmente desconocida, para la que nadie les ha preparado y para el que nadie les apoya, respalda, como antiguamente hacían las abuelas, las propias madres, hermanas, tías, primas, etc, e igualmente para los papás.
Pues bien, igual que a nosotros nos vendría bien, en determinados momentos, la sabiduría, el calor, la protección, la ayuda de la manada, también me da la sensación que nuestros hijos, cuando llegan a cierta edad, necesitan abandonar o por lo menos alejarse un poco de la manada que creamos en torno a ellos, sobre todo en la adolescencia. Parece que quieren jugar, investigar, aprender por si mismos, y su manada se convierte en el grupo de amigos/as de la misma edad, con los mismos intereses.
Esto suele durar hasta que cada miembro de esta “manada adolescente” va encontrando una pareja, crea su propio entorno y espacio y forma su propia manada.
Está claro que somos animales sociales, y la sociedad actual nos aleja de los orígenes. Sería lógico pensar que tenemos desajustes importantes entre la vida que vivimos y para la que estamos preparados física y psicológicamente.
¿Porqué tanta gente hoy en día quiere cambiar de vida? ¿Porqué necesitamos la ayuda de profesionales para redirigir nuestras vidas, o conseguir hacer lo que la intuición nos dice?