martes, 25 de octubre de 2011

El segundo hijo


Una buena amiga está embarazada de su segundo hijo, y como es normal, le asaltan un montón de dudas, supongo que tantas como con el primero, pero diferente. Para ella y otras mamás en su situación escribo este post, con todo mi cariño.

Supongo que cuando te enteras que estás embarazada de tu segundo hijo, te preguntas lo mismo que con el primero: ¿Cómo será? La tertulia se puede alargar si empezamos a disertar sobre si el primer hijo es niño o niña, si es tranquilo o nervioso…

Sea como sea, sigue siendo importante que la mamá transmita toda su tranquilidad, seguridad y amor al nuevo bebé, pero también al hijo que ya está en casa. Para ello, es muy útil:

-       - Involucrarlo en acciones, emociones, aprendizajes que tenga que ver con el bebé.
-          Por ejemplo, hablar sobre como se siente la mamá, siempre desde el cariño: mamá está más cansada de lo normal, pero está contenta porque pronto tendré un bebé. El bebé será tu hermanito y podrás enseñarle a jugar, a cantar…
-       - Es importante que no se hable del bebé como el causante de todos los males de la mamá.
-       - Empezar a involucrar al hijo que ya tenemos, si es que no lo hace ya, en actividades de colaboración en casa, para ayudar a mamá y papá. No esperar a que nazca el bebé para cambiar rutinas de irse a dormir solo, comer solo, vestirse solo, etc.
-     - Compartir momentos tranquilos con tu hijo, escuchando música para que la oiga el bebé, también es muy gratificante y vincula a los hermanos.
-     - Vídeos adecuados para la edad del niño sobre los bebés, el feto, el nacimiento, también pueden ayudar en la comprensión, siempre y cuando sean apropiados para la edad del niño, repito, y visionados junto a los padres para ir explicando lo que se ve de una forma amena y que el niño lo entienda.
-      - Por supuesto quedan incluidas todas las acciones que impliquen un sentido como tocar la barriguita de la mamá, escuchar lo que se oye dentro de la barriga gordita, ver cómo se mueve, dónde está la cabecita y los pies, etc.
-      - Si nuestro hijo ya es un poco mayor, puede hacernos preguntas del tipo, si le querremos cuando nazca el bebé, si seguiremos jugando con él, si le seguiremos acompañando al cole o a la piscina.
-     - Uno de los esfuerzos que deberían hacer los padres es seguir manteniendo las actividades que comparten con su primer hijo, en la medida de lo posible, ya que el segundo hijo ira con ellos a todas partes.

Por último, pero no por ello menos importante, los padres, pero sobre todo la mamá, deberá ser consciente que no hay dos hijos iguales, que los niños son más adaptables de lo que nos pensamos, y que crear espacios con uno y otro hijo será importante, así como compartir momentos todos juntos. 

No caigamos en el error de creernos “supermamás” y pidamos ayuda a nuestra pareja, abuel@s, ti@s. Los niños agradecen el contacto con diferentes personas, siempre que su mamá no se aleje mucho, y la mamá también.

Seguro que será una experiencia incomparable, aunque diferente.

¿Alguna mamá con 2 hijos o más quiere compartir su experiencia? ánimo chicas!!

martes, 18 de octubre de 2011

Maternidad /Paternidad


Durante mi embarazo,  sólo leí un libro: “Duérmete niño” de  Eduard Estivill. A medida que lo iba leyendo y desde mi formación como psicóloga cognitivo-conductual, comprendía técnicamente las explicaciones y metodología del sistema utilizado por el Dr. Estivill. Pero inmediatamente me surgió una duda: Cuando una mamá o papá aplica este método, ¿están realmente preparados para aplicarlo correctamente?

Evidentemente  la respuesta a esta pregunta es que no, motivo por el cual ha sido tan criticado este método. Pero ¿Es culpa del método? Mi respuesta es que no. Este libro te enseña a aplicar un método, pero no te enseña a prepararte psicológicamente para afrontarlo eficazmente, que por otro lado, imagino que no debía ser el objetivo del libro.

Para mí fue una herramienta muy útil. Lo apliqué desde el primer día que llegué a casa con el bebé. El método es claro, te explica todos los detalles, te prevee de las reacciones del niño, para que puedas actuar en consecuencia. Pero me encontré con que las personas que tenía a mi  alrededor, que no se habían leído el libro, no me ayudaban a mantener el estado de calma y tranquilidad en el que una mamá o papá debe estar para poder aplicar el método Estivill u otro cualquiera.

Aaahhhh!!! Aquí es cuando los que están a nuestro alrededor empiezan a hacer juicios de valor sobre como estamos actuando como padres y madres, a lo que evidentemente, los afectados reaccionan emocionalmente, pero siguen intentando aplicar “el método”, aumentando progresivamente su nerviosismo, transmitiéndolo al bebé que llora incesantemente, y cerrando el círculo con el fracaso de “el método”.

Mi objetivo no es alabar ni desacreditar ni el libro, ni el método ni al autor, sino reflexionar y hacer sonar las campanillas interiores de muchas madres y padres y de los profesionales de la salud, sobre un tema que tiene que ver con la gestión emocional de maternidad/paternidad, a la que hoy en día, nos tenemos que enfrentar solos, sin ningún conocimiento práctico previo, y sin pedir ayuda ya que nuestro entorno cree saber más que nosotros, cosa que frecuentemente, no aceptamos.

Desde mi perspectiva actual, les diría a los nuevos padres y madres que lo más importante es tener claro lo que uno quiere (cosa que no es nada fácil) para educar a sus hijos, aceptar que no será fácil, cargarse de paciencia y amor, dedicarse a conocer a su bebé y a crear una conexión fuerte y duradera, enseñando y aprendiendo al mismo tiempo sobre las emociones del ser humano.

¡Feliz maternidad/paternidad para los primerizos!! Y para los que ya lo han superado…ánimo y a por el segundo ;-)

miércoles, 12 de octubre de 2011

Resiliencia


Cuando estás cerca de los 40, ya puedes haber pasado por momentos difíciles en tu vida, aunque puede que aún te queden muchos más momentos difíciles por vivir. Pero ya has podido comprobar como reaccionas ante los golpes de la vida, cómo es tu dolor emocional y cómo te enfrentas a las dificultades.

Puedes haber pasado por una infancia difícil, falta del cariño que necesitabas, por la separación traumática de tus padres, por la pérdida de un ser querido muy cercano, puedes haber pasado una separación tu misma/o, malos tratos, quizá un aborto o varios, quizá te han descubierto una grave enfermedad a ti o a alguno de tus hijos, o puede ser que te hayas quedado sin trabajo y estés en una situación económica desesperada.

Puede que te haya sucedido todo o parte de lo que describo, pero si sigues adelante, si eres persistente, si aunque tengas días malos en los que todo lo ves negro, te levantas al día siguiente con una visión positiva, si estos malos momentos te sirven para fortalecerte y superarte, si te sigues adaptando a tu entorno aunque sea adverso y encuentras el equilibrio para mantenerte sana emocionalmente, seguramente serás una persona pro-resiliente.

No es ninguna “palabrota”. Es una habilidad del ser humano que le permite sobreponerse a las adversidades o estresores fuertes de la vida, con un factor añadido: nos transforman positivamente.

Para mi, la imagen que representa este tipo de personas es el mitológico “ave Fénix”, cuyo contenido quiero compartir con vosotr@s y quizá nos facilite entender mejor qué es la resiliencia.

“Se dice que en el Edén originario, debajo del Árbol del Bien y del Mal, floreció un arbusto de rosas. Allí, junto a la primera rosa, nació un pájaro, de bello plumaje y un canto incomparable, y cuyos principios le convirtieron en el único ser que no quiso probar las frutas del Árbol. Cuando Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso, cayó sobre el nido una chispa de la espada de fuego de un Querubín, y el pájaro ardió al instante.
Pero, de las propias llamas, surgió una nueva ave, el Fénix, con un plumaje inigualable, alas de color escarlata y cuerpo dorado. Algunas fábulas lo sitúan posteriormente en Arabia, donde habitaba cerca de un pozo de aguas frescas y se bañaba todos los días entonando una melodía tan bella, que hacía que el Dios Sol detuviera su carro para escucharle.
La inmortalidad, fue el premio a su fidelidad al precepto divino, junto a otras cualidades como el conocimiento, la capacidad curativa de sus lágrimas, o su increíble fuerza. A lo largo sus múltiples vidas, su misión es transmitir el saber que atesora desde su origen al pie del Árbol del Bien y del Mal, y servir de inspiración en sus trabajos a los buscadores del conocimiento, tanto artistas como científicos”.
Fuente: http://www.elavefenix.net/el_ave_fenix.aspx

miércoles, 5 de octubre de 2011

Prejuicios


Los prejuicios y las creencias son aspectos necesarios en nuestras vidas porque nos protegen de las situaciones nuevas, de las personas que no conocemos y nos ayudan a crear patrones y ordenar la diversidad de estímulos que nos rodean constantemente. Pero si nos dejamos llevar por ellos ciegamente, podemos cometer graves errores,  perder oportunidades, generar conflictos y sobre todo crearnos malestar al no ser capaces de aceptar la realidad que nos rodea.

Los prejuicios, las creencias, las experiencias, los valores, los hábitos, son elementos que guardamos en nuestra mochila particular y tiñen de un color u otro, todos nuestros actos, conductas y emociones.

Frases como “siempre hay que estar al 100%”, “la casa siempre tiene que estar limpia y recogida”, “tengo que dar mucho amor para que me quieran”, “si no hago lo mismo que ellos pensarán que soy raro”, “no puedo soportar estar solo”, “si me deja me moriré”, “tengo que ser perfecta para dar ejemplo”, “no necesito la ayuda de nadie, yo solo puedo con todo”, marcan nuestra vida y muchas veces nos hacen profundamente infelices, por no decir que nos hacen caer en la enfermedad.

Ser tolerante con los demás  es beneficioso porque nos ayuda a ejercitar la capacidad de aceptar que no todo el mundo tiene porqué actuar o pensar como uno mismo.

La flexibilidad nos ayuda a adaptarnos a esa diversidad, permite que exista una gama de colores en lugar de que exista el blanco y el negro únicamente.

La empatía podemos utilizarla para saber cómo piensan y sienten los demás, afectando y cambiando el color del cristal con que se mira una realidad.

No sólo el mundo sería mucho mejor si todos practicáramos estos hábitos emocionales tan saludables, si no que nosotros seríamos más felices, ya que estaríamos en mejorada armonía con nuestro entorno social.
Aceptemos pues, que somos animales sociales y que nuestra realidad es la que es. No esperemos que nadie venga a salvarnos ni a hacernos felices, porque el cambio siempre se da desde dentro de cada uno de nosotros.

Por cierto, nadie dijo que fuera fácil ;-)