jueves, 22 de septiembre de 2011

Las ventajas de la rutina


Cuando volvemos de las vacaciones de verano, toca volver a la rutina. Es el peor momento para plantearse inmediatamente nuevos retos, es mejor que hayamos entrado en la rutina, que nos hayamos acostumbrado a los horarios, a las comidas, al ritmo acelerado, pocas horas de sueño, alimentación rápida, etc.

Una vez estemos acostumbrados al ritmo que llevaremos en los próximos meses, es cuando podremos decidir cuando tenemos tiempo libre, deberemos valorar cuanta energía necesitaremos para la nueva actividad, podremos planificarla e incluso probarla unos meses.

Si somos capaces de adaptarla a nuestra rutina, podremos establecerla como una actividad fija. Si no es así, quizá hemos de cambiar el horario, el día, o el lugar, o incluso la actividad.

Dicho así parece que hay que hacer demasiadas cosas antes de hacer nada, pero es un hábito que vale la pena cultivar ya que nos podemos ahorrar frustraciones, dinerito, y esfuerzos. Me refiero sobre todo a actividades como ir al gimnasio, apuntarse a clases de inglés, que lo percibimos como algo necesario, aunque no siempre nos apetece mucho hacer. Es mejor buscar la actividad que se adapta a nuestra forma de ser y ritmo.

Cuando hablamos de enfrentarnos a nuevas situaciones laborales, familiares, sociales, lo ideal es poderlas preparar, asimilar e incluso visualizar, pero si no puede ser, es posible que nos cueste afrontarlas porque lo primero que nos va a pasar es que vamos a sentir miedo. Miedo al cambio, miedo a las cosas nuevas, miedo a salir de nuestra zona de confort, miedo a no controlar la situación, a las críticas, a perder comodidad, a tener que esforzarnos más,

La forma de afrontar el miedo es “ir hacia el”, o sea, hacer justamente aquello que te da miedo, incluso se utiliza para el tratamiento de las fobias de forma controlada (desensibilización sistemática). Aunque una forma más sencilla de enfrentarte a lo que te da miedo, es saber porqué te da miedo, para qué te está sirviendo. Si comprendes a qué tienes miedo y porqué, sólo te hace falta motivación para conseguir lo que te propongas.

Algunas cosas nos dificultan esta tarea, como autoinstucciones negativas o autosabotaje, creencias y prejuicios que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida. Seguramente, si confías en ti mismo te verás más capaz de afrontar esos miedos. En cambio si tu autoestima es baja, aumentará el autosabotaje.

La culpa es otro de los motivos que nos bloquean para hacer cosas nuevas o enfrentar situaciones diferentes. Hay ideas que nos bombardean y no nos dejan ver que tenemos derecho a buscar ayuda (no tenemos porqué resolver los conflictos siempre solos), a que podemos equivocarnos ( es la mejor forma de aprender), a que no tenemos que saberlo todo, a que podemos darnos un tiempo para conseguir nuestros objetivos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario