jueves, 22 de septiembre de 2011

La vuelta al cole


Para los niños, realmente es como entrar en otro mundo. Pasan de estar con sus familias, padres, madres, abuelos, tíos, primos, en un entorno distendido, sin horarios, con permisividad hacia muchas cosas (comidas, dulces, regalos, entornos más naturales, horarios de dormir y levantarse), y en el que su principal objetivo es entretenerse y jugar, a una rutina dónde hay que levantarse a una hora cada día, hay que ir al cole, escuchar al profesor/a, estudiar, comer lo que te ponen, bañarse, vestirse, hacer los deberes, ir a natación, ir a clases de inglés, ir a jugar a futbol..
Pero sobre todo, es que los niños no están tantas horas con sus padres, o la figura habitual.

A los niños les afecta mucho no estar en contacto con sus padres, que estén ahí para llevarlos al colegio, para recogerlos, para ver cómo reaccionan, sobre todo los primeros días, para comentar con ellos lo que ha pasado en el cole o lo que han aprendido.

Especial atención merecen los que empiezan colegios o guarderías. Como todos sabemos hay periodos de adaptación progresiva para los más pequeños, pero es importante que lleguemos unos días antes de las vacaciones para que ellos también se vayan ubicando, poco a poco asimilen las nuevas rutinas de horarios y actividad.

A pesar del apoyo que necesitan los pequeños, es frecuente que los padres se queden peor que los niños cuando los dejan en el colegio, contribuyendo a su vez al malestar del niño.

Si el niño ve a sus padres contentos porque él se vaya al cole y se habla de las cosas buenas que tendrá estar en el colegio y buscamos la motivación y cuando llega el momento de dejarlo con la profesora no nos lo tienen que “arrancar de los brazos”, seguramente los niños tardarán menos tiempo en aceptar la nueva situación.

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