miércoles, 16 de noviembre de 2011

Inteligencia Emocional

Desde el punto de vista técnico tengo que decir que la inteligencia emocional es un conjunto de habilidades, actitudes y herramientas que permiten identificar, conocer y gestionar las emociones que rigen nuestro comportamiento y nos ayudan a gestionarlas eficazmente. No es un definición oficial, pero se puede aproximar y es la mía.

La cuestión importante es realmente cómo esto nos ayuda en nuestra vida diaria. Conceptos como empatía, asertividad, resiliencia, fluir, identificar, aceptar, reparar, transformación, responsabilidad, compromiso con uno mismo, crecimiento, tolerancia a la frustración, espectativas, etc, son frecuentes cuando hablamos de inteligencia emocional, pero como se aplica todo esto, es la clave.

Yo diría que el punto de partida es ser consciente del camino que queremos recorrer. Recurrimos a la inteligencia emocional cuando queremos conseguir algo, tenemos un objetivo, laboral, profesional, personal, social, familiar y tenemos unos sentimientos y unas emociones que nos bloquean en la consecución de esos objetivos. Después nos damos cuenta que unos objetivos no están separados de otros y que normalmente nos bloqueamos en los mismos puntos, en diferentes aspectos de nuestra vida.

Hay muchas cosas buenas en tener inteligencia emocional, aunque no son fáciles de conseguir. Pero una que vale la pena, es que te das cuenta que el único que puede hacer algo para mejorar tu situación, tu emoción, tu estado de ánimo, tu objetivo, eres tu mismo.

A partir de aquí, el camino no es fácil, pero conoces el resultado final, lo cual es una gran ventaja, porque el resultado final es conseguir tu objetivo. Sabes que si persistes en tu objetivo, enfocas tu energía, mantienes una actitud adecuada, echas mano de la resiliencia, cuando es necesario, y de la constancia, cada día, tarde o temprano, lo conseguirás.

Sin embargo, hay una cuestión que no resuelve la inteligencia emocional, o al menos, no directamente: es necesario saber cuál es tu objetivo.
Entramos entonces en la definición de objetivo: Claro, conciso, alcanzable, medible, limitado en el tiempo, acotado en un entorno, etc.

Bueno, pensándolo bien, la inteligencia emocional igual si que te ayuda a centrar tus objetivos, aclarando nuestras emociones, como agua clara del río de la vida.

Lo mejor es que lo escuchéis  mañana a las 10h en www.radiomollet.com con la sabiduría de Carme Brit.

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